La agricultura urbana en Cuba ha estado basada en estos recientes años, en los sistemas de cultivos de hortalizas en organopónicos, hidropónicos y huertos familiares.
Estrategia de lucha contra las plagas
Los ecosistemas urbanos tienen características peculiares que no pueden desconocerse cuando se trate de prevenir y combatir las plagas de los cultivos.
En general los agroecosistemas más diversos y de mayor permanencia como son los sistemas agroforestales y los policultivos tradicionales tienen ventajas sobre aquellos que el hombre ha simplificado, cuyo ejemplo más palpable es la producción intensiva de hortalizas (Altieri, 1972). Por esta razón, no se puede adoptar los mismos principios y tecnologías que se utilizan en la agricultura convencional y el manejo del cultivo tiene como componente esencial el control de las plagas en el perfil agroecológico. (Vázquez y col. 1995).
Con este objetivo, se han realizado numerosos estudios por investigadores cubanos, que han resultado en el diseño y validación de sistemas de Manejo Integrado de Plagas (MIP) como etapa de tránsito necesario hacia el establecimiento de producciones autosustentables.
Los medios de control biológico desempeñan un importante papel dentro del sistema MIP, no obstante su empleo debe ser dirigido racionalmente como forma de preservar su efecto. Por esta razón los analizaremos dentro del contexto de los sistemas de MIP y no como aspectos aislados.
El sistema urbano de cultivo en todas sus variantes, debe incluir una serie de cuidados generales que contribuyen a disminuir la aparición de plagas posterior y favorecer la acción de los elementos de control. Entre estos se encuentran:
- Preseleccionar el área adecuadamente, evitando escoger zonas con antecedentes de problemas de plagas. Debe ser descartada la presencia de nemátodos formadores de agallas.
- Deben evitarse áreas desniveladas que favorezcan los encharcamientos como posibles focos de enfermedades.
- La zona debe estar aislada perimetralmente, limpia de malezas (posibles hospedantes alternativas de plagas) y no admitir la entrada de personal ajeno.
- Todo suelo y material orgánico a incorporar dentro del área no debe tener nemátodos.
- Establecer sitios de desinfección de personal y equipos.
- Utilizar semillas de calidad, preferiblemente certificadas.
- Planificar adecuadamente las fechas de siembra y colindancia para evitar efecto de plagas polífagas y vectores.
- Tener en cuenta la cantidad de semillas por unidad de área.
- Escardar las malezas dentro de las áreas de cultivo, extrayendo los órganos vegetativos.
- Efectuar selección negativa de las plantas con plagas, evitando su trasplante.
- Después de recoger las cosechas extraer los residuos de plantas para fabricar el compost. Es conveniente eliminar las raíces.
- Establecer el historial de campo.
Los sistemas de MIP establecidos están constituidos por medidas armónicamente compatibles, que no perjudican con el ambiente y tienen un fuerte peso en medidas no químicas, aunque las admite bajo situaciones especiales.
De forma particular incluyen las siguientes:a) Legales
- No sembrar semillas procedentes del extranjero, sin previo análisis
- Evitar el traslado de posturas enfermas
- No fumar dentro de las áreas para no trasmitir virus
- Emplear variedades resistentes a las plagas. Ejemplo: Tomate Lignon (geminivirus), tomate Rossol (nemátodos)
- Invertir el sustrato, lo menos dos veces en 15 días durante los meses más calientes del año para reducir patógenos del suelo
- Rotación de cultivos, evitando en áreas contaminadas la siembra de un cultivo susceptible a continuación de otro. Es muy efectiva contra nemátodos y hongos de suelo. Ej de cultivos antecesores no susceptibles a nemátodos son, la coliflor, ajo, cebolla, ajo puerro, cebollino, ajo de montaña, fresa, ajonjolí, Tagetes.
- Eliminación de las raicillas de canteros contaminados, así como extracción de todo residuo de cosecha.
Una alternativa a estos la constituyen la siembra contínua de cultivos de corta duración, que es inferior al ciclo de vida del patógeno. Ej. de sucesiones exitosas contra nematodos la constituyen la siembra de lechuga de transplante y rabanito, ambas con duración de menos de 30 dias.
Se está valorando el empleo de enmiendas orgánicas como gallinaza, carapachos de crustáceos, que poseen propiedades nematicidas u otras como la cachaza o el estiércol, los cuales pueden ser depositados en el sustrato para que la descomposición ocurre en este.
c) Físicas
Aquí se incluye la solarización del suelo, que consiste en tapar con mantas de polietileno transparente los canteros, previamente humedecidos, durante los meses más calientes del año.
Resultados exitosos se han logrado con su empleo durante 30 días para el combate de hongos del suelo y malezas, pero cuando existen nematodos es necesario ampliarlo a 45 días.
Es un método que se puede combinar con el uso de biocontroles en el suelo o de enmiendas orgánicas.
d) Químicas
En las medidas químicas se incluyen aquellas obtenidas a través de plantas y por síntesis química.
El primer caso abarca los efectos logrados a través de infusiones, incorporación de restos, acción repelente, aplicadas de partes molidas, etc.
Uno de los más efectivos es la infusión de nicotina o tabaquina, que pueden preparase de forma casera o semindustrial, y que tiene buena acción sobre moscas blancas, pulgones y trips a dosis de 0,5 g/l (300-500 l/ha). Igualmente el NIM (Azadirachta indica A.) es una planta que tiene propiedades insecticidas y nematicidas, cuyo uso se está ampliando mundialmente y en Cuba existe una planta cercana, denominada paraíso (Melia azadirach L.) con propiedades similares.
Copetuda, marigold o flor de muerto son los nombres que reciben las plantas de Tagetes sp, que tiene fuetes efectos sobre insectos (pulgones, lepidópteros, moscas blancas) y nemátodos.
Otras plantas que tienen probada acción las señaló Sanchez (1995) e incluyen a: anón (Annona squamosa L.), mamey (Coleus amboinicus A.), ajo (Allium sativum L.), cebolla (Allium cepa L.), anamú (Petiveria alliacea L.), eucalipto (Eucaliptus spp).
Estudios más recientes han demostrado la eficacia de la incorporación de los residuos de la cosecha de crucíferas para el combate de plagas del suelo; en nuestro caso se ha logrado control de nemátodos.
En cuanto a las pesticidas químicas en la agricultura urbana se establecen restricciones ya que tienen efectos detrimentales directos en la eliminación de los enemigos naturales de las plagas, inducción de resistencia y contaminación ambiental. (Vaughan, 1995).
Los pesticidas que se deben emplear son los menos tóxicos y solamente ante situaciones especiales como plagas fuera de control, altas infestaciones, control de vectores, tomando en todos los casos las medidas de protección necesarias. Entre los que se han empleado en nuestras condiciones de agricultura urbana, se encuentran, triclofon (principalmente en cebos envenenados para grillos, cachazudos, babosas y otras plagas terrestres), malathion, azufre, diazinón, pirimicarb, cipermetrina, zineb, maneb, mancozeb y oxicloruro de cobre. Igualmente son necesarios los tratamientos a las semillas contra virus y bacterias, con hipoclorito de sodio más estreptomicina y ácido clorhídrico.
c) Biológicas
Las medidas de control biológico incluyen la aplicación de organismos vivos reproducidos artificialmente así como la protección del control natural, a través de la disminución de los factores que lo afectan, como son los pesticidas químicos.
El Sistema de Sanidad Vegetal Cubano ha desarrollado técnicas de producción masiva de varios tipos de microorganismos entomo y acaropatógenos, parásitos de nemátodos, antagonistas de hongos y entomo-acarofagos, que se han utilizado con efectividad en la agricultura urbana o que están en vía de introducción.
Para obtener buenos niveles de control, se necesita de la correcta identificación del objetivo a controlar, aplicar ante índices bajos o preventivo, proteger el producto de los rayos solares, aplicarlo al atardecer, garantizar una calidad y virulencia adecuada, así como lograr una aplicación correcta del medio biológico.
A continuación se refieren los principales agentes de control biológico utilizados bajo estas condiciones:
Bacterias
Varias cepas de Bacillus thuringiensis, pueden utilizarse con éxito para proteger las hortalizas, que se desarrollan en la agricultura urbana, los principales son:
Cepa | Plaga | Cultivos |
LBT-13 | Acaro blanco | pimiento, ají, habichuela |
LBT-1 | Polilla de la col | col |
LBT-24 | Mantequillas | pepino, cebollino, col |
gusano de los melones | acelga, remolacha | |
Polilla de col | col | |
Lepidópteros varios | tomate | |
Minador | habichuela (combinado con parasitismo natural) |
Son los biorreguladores de rangos de acción, con mayor número de plagas en los cultivos de la agricultura urbana.
Aquí se incluyen:
Verticillium lecanii en la cepa Y-57 de resultados exitosos contra los primeros estadios de mosca blanca y pulgones en gran número de hortalizas. Su acción se potencia con el uso de tabaquina.
Trichoderma harzianum tiene una cepa de amplio espectro (A-34) que se puede utilizar en tratamientos a la semillas para combatir hongos del almacenamiento como Aspergillus spp, Rhizophus sp. y Fusarium spp entre otros, tal y como muestra la Tabla 1. En estos casos es necesario que los tratamientos químicos a la semilla para otras plagas, se efectúen previo al tratamiento de Trichoderma.
Igualmente este antagonista, incorporado al sustrato en forma líquida o sólida permite reducir los daños por pudriciones del tallo y de su base (damping-off), que son causadas por varias especies de hongos en las hortalizas.
Paecilomyces lilacinus, con la cepa LBP-1, efectiva contra nemátodos del género Meloidogyne, ha demostrado capacidad de regular las poblaciones y evitar su incremento cuando se aplica en varios tipos de hortalizas, ante índices bajos de infestaciones. En algunos casos, ha servido como estimulador del desarrollo de las plantas. Este hongo se adapta bien a los diferentes sustratos y manteniendo la humedad, es posible su supervivencia en períodos largos, lo cual ha sido demostrado en numerosos organopónicos donde ha mantenido las poblaciones de nematodos en niveles no dañinos al cultivo.
Acaros
El ácaro depredador Phytoseiulus macropilis reproducido artificialmente, puede ser liberado contra la araña roja en índices bajos.
Nemátodos
Los nemátodos entomopatógenos (Steirnernema carpocapsae) son altamente efectivos contra plagas de insectos del suelo y algunas foliares como la polilla de la col, donde pueden obtenerse reducciones superiores al 80%.
Otros biorreguladores que se trabajan o están en vías de introducción, por sus alentadores resultados son Beauveria bassiana y Trichogramma spp., y varios tipos de entomófagos que permitirían nuevas alternativas por sus diferentes modos de acción.
Todo este complejo de medidas pueden ser integrados en esquemas flexibles, tal y como se presentan a las figuras 1 y 2.
Como puede observarse dentro del sistema se incluye la necesaria divulgación y capacitación de los técnicos y productores, como forma de complementación y retroalimentación de la investigación.
Estos sistemas se vienen desarrollando en la agricultura urbana, principalmente organopónicos de todo el país y hasta el año 1996 más de 180 unidades en todo el país estaban bajo este tipo de control, lo cual ha ido contribuyendo paulatinamente a la estabilización de las poblaciones de plagas. No obstante actualmente se trabaja en los sistemas de cultivo protegido donde el empleo de la lucha biológica es considerado un componente esencial dentro del Manejo de las Plagas
Fuente: Dr. Emilio Fernández Ing. Blanca Bernal Dr. Luis Vázquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario